Esta empresaria, bilbaína de nacimiento, fundó en 2015 una de las conserveras más jóvenes de Santoña. Hoy, La Reina del Cantábrico ha sabido hacerse un hueco en la industria conservera y ha logrado ser galardonada como la “Mejor Anchoa” en 2023.

Fotos: Vivir en Cantabria Oriental

Pregunta—Buenos días Maite, es un placer tener con nosotros a la auténtica “reina del Cantábrico”. Cuéntanos, ¿Cómo se logra un éxito tan grande en tan poco tiempo?

Respuesta—Buenas. La verdad  que “reina del Cantábrico” solo hay una y es, como no puede ser de otra manera, la anchoa, que es la indiscutible joya de nuestro mar y de nuestra gastronomía marinera.

En cuanto a tu pregunta… con mucho trabajo, constancia y esfuerzo por parte de todos, pero sí, es cierto que  es un sector donde hay empresas casi centenarias y de gran renombre y lograr que nuestra marca suene con fuerza y se haga un hueco entre las grandes es todo un orgullo.

Soy una persona muy meticulosa y quienes trabajan conmigo lo saben. Teníamos muy claro desde el primer momento que queríamos hacer  el mejor producto y que La Reina del Cantábrico fuese sinónimo de alta calidad gastronómica y, como nos dicen los clientes, seguir haciendo la anchoa como se ha hecho en casa toda la vida.

P—¿Como surgió la idea de emprender en este sector? ¿Qué distingue a la Reina del Cantábrico?

R—Bueno, todo comenzó en 2015, cuando mi suegra, Emilia, y mi marido (Conservas Emilia) me animaron a crear La Reina del Cantábrico . De hecho, el nombre me lo puso mi marido.

Fue entonces donde vimos la oportunidad de comprar bocarte grande de la costera de primavera, que aquel año fue muy muy escaso y muy caro, pero nos tiramos a la piscina. La idea ya nos rondaba la cabeza, pero teníamos claro que si nos lanzábamos en esta aventura iba a ser con un producto gourmet, apostando  por producciones pequeñas y bien cuidadas para obtener una anchoa muy limpia sin ningún tipo de espina, ni imperfección. Esa ha sido siempre nuestra máxima,  ya que hay mucha competencia y creemos que es la única manera de hacerse un nombre.

P—Todo el rato hablas en plural. ¿A qué se debe?

R- Si, porque La Reina del Cantábrico no solo soy yo, ¡somos mi marido y yo! y todo nuestro equipo y clientes, claro.

P—Como dices, el sector conservero cuenta con mucha competencia, sobre todo en Santoña y, como tu misma bien has dicho antes, muchas de estas marcas llevan décadas de experiencia a sus espaldas. ¿Cómo logras poner a La Reina del Cantábrico en ese podio?

 R—Con esfuerzo, con mucho sacrificio y dedicación. No es nada fácil. Ser el nuevo y el “pez pequeño” es complicado. Son horas alejada de mi familia y amigos, noches sin dormir, endeudamiento, responsabilidades con los trabajadores, incertidumbre porque el mar no de bocartes cada costera o no sean del tamaño o calidad necesaria. Pero  ahí estamos, creciendo cada año poco a poco, con producciones controladas para no perder nuestra máxima.

P—Es muy difícil ser el nuevo en el mercado. ¿Quién ha sido tu apoyo para llegar hasta aquí y no tirar la toalla?

 R—Mi familia y amigos siempre han estado presentes, creyendo en mí y cubriéndome las espaldas cuando no estaba, especialmente con mis hijos.

Por supuesto, mi piedra angular ha sido mi marido, Nicolás Escobedo, que ha creído en mí siempre y me ha ayudado muchísimo. Él sabía hacer la mejor anchoa y yo de todo lo demás. Así que un tándem perfecto.

P—En la Feria de la Anchoa y la Conserva de Cantabria de 2023, tras la cata-concurso, recibiste el premio a la Mejor Anchoa. ¿Cómo te sentiste?

 R—Se me saltaron las lágrimas, ganar ese día es dificilísimo, cuestión de décimas. Ese día todos los participantes van con su mejor anchoa para optar al premio. Quien nos conoce sabe que las “reinas” siempre están al mismo nivel, y ese día, mucha gente pasa a vernos por el stand y nos dice “yo ya las llevo de la tienda siempre que vengo, pero venimos a veros”. Desde que nos presentamos al concurso, siempre hemos sido finalistas y una vez ganadores. ¡Eso es la leche! y evidencia el buen hacer con la mejor materia prima.

P—Bueno, para finalizar la entrevista, me gustaría preguntarte por tu otro proyecto, este fantástico local en el que nos encontramos hablando mientras miramos las fabulosas vistas del paseo marítimo y la bahía de Santoña.

 R—Si , es un emplazamiento inigualable,  con un paisaje precioso, una calidad buenísima y un servicio inmejorable. Pescados salvajes y carnes a la brasa, de Km0. Mi familia tenía una cervecera en Rekalde, Bilbao, y mi suegra un merendero, Casa Emilia, aquí en Santoña, así que continuamos con el legado familiar.

P—He podido ver un poco las instalaciones y la comida. Esto es la auténtica gastronomía santoñesa, ¿verdad?

 R—Así es. Esto es lo que yo creo que es la gastronomía, no solo de Santoña, si no de las villas marineras del Cantábrico. Trabajamos con los productos que nos da nuestro mar, que son los mejores y, como ya has dicho, con estas impresionantes vistas, que es la mejor forma de disfrutar de ellos.

Tenemos la suerte de contar con una de las mejores flotas pesqueras que nos traen estos manjares fresco directos del mar a la lonja y de ahí a nuestras cocinas. Para los que nos apasiona la cocina, sabemos que esto es un lujo.

P—¿Para quién es este asador? ¿Está enfocado al turismo o también a los que somos de aquí?

 R—Para todo el mundo. Si es cierto que los meses de verano tenemos cola con la cantidad de turismo que viene, pero estamos encantados con la acogida que hemos tenido desde que abrimos nuestras puertas hace poco más de un año. Viene muchísima gente de Cantabria y País Vasco durante el año, porque alguien les ha comentado o han visto alguna publicación en redes sociales y muchos antes no habían venido por Santoña.

P—¿Algo que quieras decir a nuestros lectores para concluir la entrevista?

 R—Pues que muchas gracias por su atención, por el cariño y confianza brindáis desde el principio a todos los que trabajamos por hacer de La Reina del Cantábrico un referente y que nos encantaría verlos por nuestro asador, que les va a encantar.