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septiembre 14, 2024

Una sección en la que os traeremos datos curiosos de los municipios de Cantabria oriental y que damos comienzo con Colindres.

Una virgen no tan virgen

Todos colindrés conoce la estatua de la Virgen María sosteniendo el cuerpo muerto de su hijo tras la crucifixión, una clásica representación en piedra de la Piedad ¿Verdad?

Pues muchos se llevarán una sorpresa al saber que esa icónica estatua que todos hemos conocido junto a la Iglesia del Carmen ni es la Virgen ni representa un pasaje religioso, al menos no el que creíamos.

En realidad, se trata de Caín matando a Abel y lo que sostiene en las manos en alto es la piedra con la que lo mata. El monumento es un recordatorio de la Guerra Civil española y la lucha entre hermanos.

 

Colindres paraíso fiscal

 Pues sí, en 1399 Colindres recibió del rey Enrique III de Castilla los privilegios del Fuero de Vizcaya, que se traducía en una importante autonomía administrativa, relevantes ventajas fiscales y la exención del servicio militar.

Por supuesto, Santander no vio esto con buenos ojos y durante años trató de devolvernos a nuestro estatus anterior, pero los colindreses, que tontos no eran, litigaron durante décadas para mantener este privilegio. No sería hasta comienzos del siglo XIX que Colindres perdiese este fuero y se integrase finalmente en la Provincia de Santander.

 

El Colindres original

En nuestros días, pensar en Colindres es hacerlos en la zona situada en torno a la carretera general, el puerto, el ayuntamiento, etc. Sin embargo, y como muchos ya sabrán, nuestro municipio surgió en lo que hoy conocemos como Colindres el de Arriba, mientras que la zona baja (hoy la más poblada) era la antigüedad arenales y marisma, teniendo incluso en algunas zonas navegables.

Aunque se desconoce el origen del nombre, algunos sostienen que fue dado por los romanos, quienes lo bautizaron como Collado Lindo. No sería hasta el año 805 que aparezca por primera vez por escrito el nombre de Colindres en un documento altomedieval conservado en el Cartulario de Santa María del Puerto de Santoña.

La villa fue formándose en torno al monasterio de San Jorge y San Juan, que siglos más tarde se convertiría en la actual iglesia. Existía también en las cercanías varios conventos y ermitas, siendo esta la zona neurálgica de la vida en Colindres.

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Lo del reciclaje nos viene de muy atrás

 Colindres es un municipio muy concienciado con el reciclaje, pero esto no es de ahora, si no que hace siglos que nuestros antepasados ya vieron lo útil que era dar una segunda vida a las cosas viejas.

Esto lo vemos en Colindres de Arriba, concretamente en muchas de sus casas. ¿Os habéis fijado en esas piedras antiguas que algunas de ellas tienen en sus bases? ¿No contrastan con el estilo del resto de la vivienda? Esto se debe a que, durante mucho tiempo, en aquella zona hubo muchas torres, pertenecientes a las grandes familias de la época, como los Gil y los Negrete, enemigos acérrimos y que normalmente estaban todo el día a la gresca. Cansados de tanta pelea entre sus nobles, los Reyes Católicos mandaron “desmochar” estas torres, es decir, que se quitasen almenas y otros parapetos defensivos, por lo que poco a poco pasaron a convertirse en simples viviendas.

En el caso de Colindres, muchas quedaron con el tiempo en desuso o fueron derruidas, aprovechando sus futuros vecinos los restos ruinosos para usarlos de base para construir nuevos hogares. Es por ello que hoy en día encontramos muchas casas construidas sobre la base de antiguas torres o que conservan restos de antiguos muros.

 

El “castillo” de Juana “la Loca”

 Siguiendo con Colindres de Arriba, ahora toca aclarar uno de los grandes mitos. El conocido castillo de Juana “la Loca” ni es un castillo ni perteneció nunca a esta reina castellana. ¡Ni siquiera pasó por ahí!

Se trata del palacio del condestable de Castilla o palacio de Alvarado, una edificación que fue destruida durante el ataque de piratas a Colindres en 1639.

¿He leído “ataque de piratas”?

 Pues sí, corsarios franceses para ser exactos, mandados por el propio cardenal Richelieu, el malo de Los 3 Mosqueteros.

Pero ahí no queda la cosa, ya que no se trató de un simple ataque, sino de toda una invasión francesa de 189 navíos y más de 12.000 hombres que tenían como objetivo llegar a los astilleros de Falgote, situados en la ría entre Colindres y Limpias. Toda una batalla por mar y por tierra de película, que arrasó Laredo, Colindres y Santoña y de la que hablaremos en profundidad el próximo mes, aprovechando su aniversario.

 

La sede de la potencia naval española

 Como dije, uno de los objetivos de este ataque era remontar la ría hasta los Reales Astilleros de Falgote, y es que, en el siglo XVII, aquí se construían los famosos galeones españoles.

Para que nos hagamos una idea de la importancia de estos astilleros, en nuestros días, la fuerza militar de un país se mide por su arsenal nuclear, pero, para aquellos tiempos, los galeones eran los reyes del mar, un arma muy poderosa que suponía una gran ventaja. Sería el equivalente a tener la fábrica de armas nucleares de aquellos tiempos.

De aquí salieron, entre muchas otras naves, varios de los barcos de la Armada Invencible y, muy probablemente, también La Pinta y la Santa María, con las que Colón (acompañado posiblemente por algún que otro marino colindrés) descubrieron América.

Algo queda de aquellos tiempos

 Contar con estos astilleros fue de gran importancia para Colindres. Sin embargo, también tuvieron una contraparte negativa para su entorno y es que, con tanta necesidad de madera, los montes de la zona fueron arrasados constantemente para obtener material de construcción.

Sin embargo, de aquel desaparecido bosque, aun conservamos un último superviviente, una encima de más de 400 años situada en el monte junto a la ermita de San Roque y que, el año pasado, fue galardonada como Árbol del Año 2023 y representó a España en el certamen que buscaba el mejor Árbol Europeo del Año.

 

¿El puente de Eiffel?

 Muchos hemos escuchado desde pequeños la historia de que el puente que nos une con Treto fue diseñado por Gustave Eiffel, autor de la célebre torre parisina que lleva su apellido.

A quienes llevan toda la vida con esta creencia, siendo decirles que realmente solo fue una inspiración. Nuestro querido puente sobre el Asón fue obra de un cántabro, Eduardo Miera.

Pese a no tener nada que ver con el notable francés, este puente fue una de las obras más innovadoras de ingeniería civil en su época y, para quien no lo sepa, ¡Este puente es giratorio!

 

Colindres tiene un rascacielos

 Vale, puede que ahora mismo estemos acostumbrados a otro concepto de rascacielos, pero, para los colindreses de principios del siglo XX, habituados a las típicas casas montañesas y marineras, este edificio les debió parecer gigantesco, ya que fue bautizado popularmente como “el rascacielos” debido a lo grande que era.

El edificio del que hablamos no es otro que el del hospedaje-asador El Puerto, el cual fue construido en 1928 pensado ya para el aumento de la población que se avecinaba en la villa y en el que llegaron a vivir simultáneamente más de 100 personas.

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