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agosto 27, 2024

La Batalla de Flores celebrará el próximo 30 de agosto su 113ª Edición y hoy aprovecharemos para conocer la historia detrás de esta emblemática fiesta pejina.

Origen

Los orígenes de esta fiesta se remontan al comienzo del s.XX, concretamente al 30 de agosto del año 1908, surgiendo en sus inicios como un festejo marítimo muy relacionado con las “galas florales” que en aquella época se pusieron de moda en varias ciudades europeas.

Esta primera edición tuvo lugar en el abra de Laredo, contando con con la participación de 25 embarcaciones cedidas por la Cofradía de Pescadores de San Martín, las cuales fueron engalanadas con flores y otros ornamentos.

Aunque se desconoce el motivo exacto de la celebración, se cree que pudo haber comenzado como un festejo en honor al indiano Federico Velasco o ser una fiesta entre amigos para despedir el verano, organizada por los turistas de la época.

Si se conocen algunas de las figuras que lograron poner en marcha esta fiesta, como el abogado y secretario del Ayuntamiento de Laredo, Arsenio Lazbal, y un grupo de acomodados veraneantes, como Nicolás Gereda, César Alba o Nicasio Escalante, quien fue el ganador de esa primera Batalla de Flores con la trainera “La Argentina”, contando con la colaboración del arquitecto municipal, Gonzalo Bringas, quien adornó la embarcación con con flores, cintas, serpentinas y peces de hojalata y añadió adornos en popa y proa para hacerla ver como una góndola.

El éxito de esta primera edición hizo que, al año siguiente, se trasladase la fiesta a tierra para favorecer la participación popular y asumiendo el Ayuntamiento la organización del evento, logrando que este se arraigase entre vecinos y visitantes de Laredo.

La Argentina. Ganadora de la primera edición de la Batalla de Flores en 1908.

Los primeros circuitos

Este primer circuito tuvo lugar en la Avenida Menéndez Pelayo, que va a parar al Túnel, y que en aquel entonces era un emplazamiento idóneo por su amplitud y estar asfaltado.

El desfile lo conformaban carros con motivos alegóricos o coches decorados, a los que se sumaban grupos de música y danza que animaban a lo largo del circuito. Con el paso de los años, los coches fueron sustituidos por carrozas que, con cada edición, iban creciendo en tamaño y calidad, pasando a estar cubiertos completamente por flores.

De 1936 a 1939 la Batalla de Flores sufre un paréntesis con motivo de la Guerra Civil, tras lo cual dio comienzo un proceso de recuperación que vería su a finales de los años 60, coincidiendo con el boom turístico de Laredo.
En 1964 el Gobierno de España declara el festejo como “Fiesta de Interés Turístico Nacional” y se cambiará el día de celebración, pasando del domingo tradicional al viernes último del mes de agosto, tratando con ello de poner freno a la masificación de la fiesta. A partir de 1967 el circuito se prolongará por López Seña hasta la Casa de Cultura. En 1971 la fiesta se traslada a la Avenida de España, ante la necesidad de más espacio y el constante aumento de tamaño de las carrozas, que complica el giro de éstas en el Túnel.

Debido a que el circuito volvió a quedarse estrecho y que sólo había gradas de pago, en 1978 la fiesta fue nuevamente trasladada, esta vez a la Alameda Miramar, donde se sigue celebrando en la actualidad y pasando a ser el desfile de un solo sentido.

La Batalla de Flores en la calle del Túnel.

Carrocistas y comparsas

En estas 113 ediciones que lleva celebrándose la Batalla, han participado en ella cerca de 300 carrocistas, entre los que destacan algunos de especial relevancia, como Juan Antonio Quintana, el carrocista más laureado de la historia de esta fiesta, que cuenta con 17 premios y ha sido colaborador con otros carrocistas premiados.

Junto con los carrocistas, también cabe destacar la importancia de todas las personas que participan activamente tanto en en el desfile de la Batalla de Flores, desde las que van a bordo de las carrozas como las diversas agrupaciones que amenizan el desfile, que van desde formaciones de folclore regional de música y danza, peñas y charangas, majorettes, batucadas, grupos de samba y comparsas.

De todas ellas hay que destacar a grupos tan emblemáticos de Laredo como son la Peña Tío Simón, la Peña El Ruido, Los Ventolines o las Panchoneras.

Fantasía Marina. Ganadora en 1984. Grupo Amigos.

Creación de las carrozas

La creación de las magníficas carrozas que cada año participan en La Batalla de Flores es un proceso que conlleva medio año de trabajo y la ayuda de un importante grupo de colaboradores y patrocinadores.

Los trabajos dan comienzo en diciembre, con la inscripción oficial de participación y le sigue el diseño de los primeros bocetos o maquetas de la idea.

La realización de estas carroza ha de ajustarse a un reglamento que data del año 1981, aunque va incorporando nuevas modificaciones con el tiempo, y que las divide, en la actualidad, en dos categorías: A (para carrozas de entre 8 y 8,5 metros de largo, 4 y 4,5 m de ancho y hasta 6,5 y 7 m de alto) y B (carrozas de entre 6 y 7.5 metros de largo, 3 y 4,5 m de ancho y hasta 5 y 7 m de alto). Esta medida se estableció para fijar un límite frente al gigantismo de algunas carrozas del pasado, las cuales llegaron a alcanzar los 12 metros de longitud.

La flor

Además de esta labor creativa para diseñar las carrozas, la otra parte más importante es obtener la materia prima para recubrirlas, que es la flor natural, un arduo trabajo que comienza por recuperar de la tierra los bulbos de las dalias, durante los meses de octubre, noviembre y diciembre, que luego se clasifican y se almacenan para su buena conservación hasta que sean de nuevo plantadas en el mes de mayo. Por su parte, los semilleros de los claveles y margaritas se preparan durante los meses de marzo y abril, para ser trasplantados a mediados de junio.

La flor natural es la parte más esencial de las carrozas, ya que una de gran tamaño puede llegar a necesitar hasta 180.000 flores, que los carrocistas obtiene en gran medida de plantaciones propias, aunque, en los últimos tiempos, una parte menor suele ser adquirida en Países Bajos.

Estas flores usadas para la confección de las carrozas son el clavelón, la dalia, la margarita o crisantemo, siendo los colores predominantes de estas el naranja, el amarillo, el blanco y el rojo.

Pese a que el reglamento de la Batalla de Flores exige que haya un mínimo del 75% de flor en el revestimiento de la carroza, pudiendo cubrirse el 25% restante con hojas, que habitualmente son de magnolio, en la actualidad, las carrozas suelen estar cubiertas de flores en su totalidad.

La Noche Mágica

Todos estos esfuerzos culminan la víspera del día de la Batalla, es una jornada donde el ritmo de trabajo resulta frenético y en el que carrocistas, colaboradores, familiares y amigos se vuelcan para dejar listo hasta el último detalle.

El trabajo concluye con la llamada Noche Mágica, donde pueden visitarse las sedes de las agrupaciones para ver de primera mano el trabajo de estas mientras realizan los últimos retoques a sus obras.

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Desfile y concurso

Una vez listas las diferentes alegorías, da comienzo el gran desfile de la Batalla de Flores alrededor de la Alameda Miramar, donde miles de personas se agolpan a pie de calle, gradas o en los balcones para ver este gran espectáculo.

Es en este momento cuando las obras de los carrocistas son valoradas por un jurado, generalmente asociado al mundo del arte, que rellena de forma individual una plantilla de puntuación.

En esta plantilla se califican cuatro apartados: Presentación, donde se valora el tamaño y estructura compositiva de la carroza; Arte, que se fija en la calidad figuras y elementos artísticos; Colocación de Flor, que califica la disposición de las flores, su combinación cromática, la delimitación de líneas bien trazadas, el empetalado, etc.; y Cantidad de Flor, que valora la cantidad y calidad de estas.

El jurado entrega sus puntuaciones al final de la primera vuelta, procediéndose a la contabilización de los votos en la segunda y, en la tercera y última, se emite el fallo, tras lo cual tiene lugar a la entrega de premios.

Carro de Las Pejinas. Años 80.

Premios

Todas las carrozas participantes reciben trofeos, así como un premio en metálico que busca compensar al carrocista por los gastos de elaboración de estas.

Además de los premios concedidos en las modalidades de carrozas y vestidos, se otorga también el “Premio al Arte” por parte de la Asociación de Empresarios de Laredo, ACELAR, siendo de carácter único para aquella carroza que mejor conserve los elementos tradicionales de la construcción.

Como curiosidad, cabe destacar la evolución de los premios en metálico, que comenzaron siendo de 100 pesetas en el año 1919 y en los últimos años rondan la cifra de 18.000 €. En la pasada edición de 2023, el Ayuntamiento de Laredo llegó a otorgar un importe total de 167.775 euros en premios en metálico, para una participación de 12 carrozas.

Para despedir este repaso por la historia de la Batalla de Flores hay que hacer mención al notables progresos y repercusión logrados por esta fiesta, que se debe al esfuerzo de generaciones de artesanos constructores de estas maravillosas obras de arte rodante y que, hoy en día, siguen teniendo continuidad con la llegada de nuevas generaciones que han tomado el relevo para seguir llenando de color y alegría las calles de la villa pejina y ponen el gran broche de oro a la época estival en Laredo.

Es por esto que desde Vivir en Cantabria Oriental queremos rendir un gran homenaje con este artículo a esta fiesta tan querida en Laredo y en toda la zona oriental, así como a todos los que la hacen posible.

Stone, de la Asociación ‘Mi vida loca’, carroza ganadora de la Batalla de Flores 2023.

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